ARBITRAJE
DEPORTIVO
El arbitraje deportivo mediante la aplicación de sus
reglas y por los resultados que propicia tiene una función pedagógica y
reguladora dentro del sistema de preparación del deportista que se manifiesta
en la utilización de sus resultados como vía de retroalimentación para el
reinicio de un nuevo proceso de preparación del deportista y su
perfeccionamiento. Lo que exige la calidad del trabajo de los árbitros y jueces
en la aplicación consecuente de la reglamentación con la realidad dada pues el
resultado del arbitraje va más allá del espectáculo competitivo, por ello
cuando no es eficiente, puede provocar una decepción masiva que deja huellas
imborrables en los espectadores, y para el deportista y su entrenador que se
preparan durante largo tiempo bajo los principios del entrenamiento deportivos,
confiando en ellos en y la ciencia las consecuencias alcanzan una desilusión
mayor.
Es imprescindible reconocer que el
arbitraje deportivo se identifica con la valoración que realizan los árbitros y
jueces de la actividad competitiva para tomar decisiones y hacer cumplir las
reglas vigentes en un deporte dado. Arbitrar es la acción realizada por los
árbitros encargados de hacer respetar el reglamento y tomar decisiones entre
los deportistas en los deportes con oposición, en correspondencia con lo
permitido por el reglamento; mientras que juzgar es la acción que realizan los
jueces expresando un juicio de valor, calificando en unos casos (como en el
Boxeo, Judo, Lucha, Gimnasia Artística ) y en otros indicando o señalando, con
o sin decisión, el comportamiento de algunas acciones que permite el reglamento
(Voleibol, Fútbol, Béisbol).
Entre las funciones de juzgar y arbitrar
existen evidentemente muchos puntos de contactos. El juicio deportivo implica
valorar y decidir, si unas posiciones o situaciones competitivas están
permitidas por el reglamento. La calificación de las acciones del deportista
define el rol del juez, mientras que evaluar la conducta del atleta es más
propio de los árbitros, en ambos casos los reglamentos deportivos establecen
las bases de qué y cómo deben evaluar los árbitros y jueces. Los reglamentos
deportivos aportan informaciones relevantes sobre el propio deporte y sobre el
comportamiento de los árbitros, de los jueces, de los deportistas, entrenadores
y del personal oficial que forme parte de las competiciones de una u otra
forma.
Las estructuras de los reglamentos, por el
cual se evalúan a los deportistas, difieren en correspondencia con el tipo de
deporte; en algunos suele aparecer una descripción detallada de los gestos
deportivos y de su criterio de evaluación y en otros se hace mayor énfasis en
la definición de las posibles transgresiones y sus correspondientes sanciones.
En ambos casos se establece la relación entre la ejecución del deportista y la
acción del árbitro o juez, a través de la penalización o la calificación,
respectivamente. Por ello, una de las funciones más características y
peculiares del deporte es juzgar la ejecución de los atletas y arbitrar entre
los deportistas, en el lugar de la competencia. Sin árbitros, jueces,
cronometristas y anotadores, el desarrollo del deporte sería imposible.
La decisión
sobre la legalidad a veces no resulta fácil, debido a dificultades del
reglamento o avances técnicos no contemplados en él. Donde se presentan mayores
dificultades es en la valoración de las acciones del deportista. La valoración
es sencilla cuando puede reducirse a unidades de tiempo, longitud o fuerza, ya
que el juez puede valerse de instrumentos de gran precisión para medir y
evaluar el rendimiento del deportista. Por el contrario, cuando la evaluación
ha de hacerse sobre las interacciones del deportista, es decir, sobre sus
movimientos en relación a los objetos y las condiciones de la competición, las
discrepancias entre los jueces aumentan.
Numerosas
son las clasificaciones creadas por diferentes autores en el campo de la
Cultura Física y cada uno presenta su propia tipología, como cita Parlebas, P.
Michael Bonet consagra 171 páginas al censo de las clasificaciones más
importantes y a la identificación de las grandes especialidades deportivas, por
lo que es un tema verdaderamente inagotable. "... el problema básico de
las clasificaciones es la elección de los criterios…" (5) véase a
continuación los más comunes, según Parlebas, P. (6)
- las cualidades y
aptitudes que se consideran más solicitadas por los participantes:
deportes de fuerza, de destreza, de resistencia, de velocidad, de
coordinación.
- el material y
los instrumentos utilizados: juegos de balón, raqueta, mecánicos,
aparatos.
- el lugar de la
práctica: al aire libre, juegos de patio, de sala o terrenos pequeños.
- la naturaleza
del sustrato: deporte de nieve o hielo, aéreos o náuticos, patinaje.
- el número de participantes: deportes
individuales, colectivo, juego de equipo.
- otros criterios adoptados
ocasionalmente: motivaciones suscitadas, posibilidad o imposibilidad de
alimentarse en el curso de la prueba.
También
existen otros criterios de orientación psicológica dados por Riera, J. (7) y la
más reciente desde el punto de vista de la praxiología deportiva es tratada por
el Dr. C. Morejón J. (8) en su análisis praxiológico de la estrategia motriz
deportiva, quien desde el ángulo de la praxiología define para el
reconocimiento de la existencia del deporte cinco aspectos o condiciones obligatorias:
- Situación Motriz, - Competencia, - Reglamento, - El carácter lúdicro, -
Institucionalizado. Puntualiza al respecto, que sí uno solo de estos rasgos
faltan, entonces no puede considerarse una actividad como "deporte",
podrá ser otra cosa o un tipo de juego pero no deporte. Por tanto, reconoce la
presencia obligatoria de la competencia y el reglamento; sin embargo defiende
la posición de Parlebas, P. (9) acerca de una clasificación de los deportes a
partir de como se desarrolla la acción motriz, que de forma gráfica (Fig. 3 )
se pueden representar los términos que se toman en cuenta de la siguiente
forma:
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