HIPERTENCION
La hipertensión arterial es una patología crónica que consiste en
el aumento de la presión arterial. Una de las características de esta
enfermedad es que no presenta unos
síntomas claros y que estos no se manifiestan durante mucho tiempo.
En la actualidad, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en
España. Sin embargo, la hipertensión es una patología tratable. Si no se siguen las recomendaciones del
médico, se pueden desencadenar complicaciones graves, como por ejemplo,
un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que
se puede evitar si se controla adecuadamente.
Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias,
que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma
continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre a
través de ellas. Esto se conoce con el nombre de arterioesclerosis.
Según datos de la Sociedad Española de
Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial
(Seh-Lelha), en España existen más de 14 millones de
personas con hipertensión. De esta cantidad, 9,5 millones no están
controlados y 4 millones están sin diagnosticar.
Causas
Aunque todavía no se
conocen las causas específicas que provocan la hipertensión arterial, sí
se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la
mayoría de las personas que la sufren. Conviene separar aquellos relacionados
con la herencia genética, el sexo, la edad y la raza y por tanto poco
modificables, de aquellos otros que se podrían cambiar al variar los hábitos,
ambiente, y las costumbres de las personas, como: la obesidad, la sensibilidad
al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un
estilo de vida muy sedentario.
Causas no modificables
Factores genéticos:
La predisposición a desarrollar hipertensión arterial está vinculada a
que un familiar de primer grado tenga esta patología. Aunque se desconoce el
mecanismo exacto, la evidencia científica ha demostrado que cuando una persona tiene
un progenitor (o ambos) hipertensos, las posibilidades de desarrollar
hipertensión son el doble que las de otras personas con ambos padres sin
problemas de hipertensión.
Sexo:
Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión
arterial que las mujeres hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia. A partir de esta etapa la frecuencia en ambos sexos se iguala. Esto se
debe a que la naturaleza ha dotado a la mujer con unas hormonas que la protegen
mientras está en la edad fértil (los estrógenos) y por ello tienen menos riesgo
de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, las mujeres jóvenes que
toman píldoras anticonceptivas tienen más riesgo de desarrollar una patología
cardiaca.
Edad y raza:
La edad es otro factor que influye sobre las cifras de presión arterial,
de manera que tanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o
mínima aumentan con los años y lógicamente se encuentra un mayor número de
hipertensos a medida que aumenta la edad.
En cuanto a la raza, los individuos de raza negra tienen el doble de
posibilidades de desarrollar hipertensión que los de raza blanca, además de
tener un peor pronóstico.
Causas modificables
Sobrepeso y obesidad:
Los individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la
presión arterial que un individuo con peso normal. A medida que se aumenta de
peso se eleva la tensión
arterial y esto es mucho más
evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. La frecuencia de la
hipertensión arterial entre los obesos, independientemente de la edad, es entre
dos y tres veces superior a la de los individuos con un peso normal.
No se sabe con claridad si es la obesidad por sí misma la causa de la
hipertensión, o si hay un factor asociado que aumente la presión en personas
con sobrepeso, aunque las últimas investigaciones apuntan a que a la obesidad
se asocian otra serie de alteraciones que serían en parte responsables del
aumento de presión arterial. También es cierto, que la reducción de peso hace
que desaparezcan estas alteraciones.
Otras causas
Vasculares:
Entre el 2,5 y el 6 por ciento de los problemas relacionados con el
riñón pueden influir en la aparición de la hipertensión arterial. De hecho,
suponen entre el 2,5 y el 6 por ciento de las causas. Las principales patologías vasculares que influyen son:
- Enfermedad renal
poliquística.
- Enfermedad renal
crónica.
- Tumores
productores de renina.
- El síndrome de
Liddle.
- Estenosis de la
arteria renal.
Endrocrinológicas:
Las causas endocrinas representan entre el 1 y el 2 por ciento. En éstas
se incluyen desequilibrios hormonales exógenos y endógenos. Las causas exógenas
incluyen la administración de corticoides.
Aproximadamente el 5 por ciento de las mujeres
que toman anticonceptivos orales puede desarrollar hipertensión. Los factores de riesgo para la hipertensión
asociada con el consumo de anticonceptivos orales incluyen la enfermedad renal
leve y la obesidad.
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden tener
efectos adversos sobre la tensión arterial. Estos fármacos bloquean tanto la
ciclooxigenasa-1 (COX-1) como las enzimas COX-2. La inhibición de la COX-2
puede inhibir su efecto natriurético que, a su vez, aumenta la retención de
sodio. Los antiinflamatorios no esteroideos también inhiben los efectos
vasodilatadores de las prostaglandinas y la producción de factores
vasoconstrictores, es decir, la endotelina-1. Estos efectos pueden contribuir a
la inducción de la hipertensión en un paciente con hipertensión controlada o
normotenso.
Las causas hormonales endógenas incluyen:
- Hiperaldosteronismo
primario.
- El síndrome de
Cushing.
- Feocromocitoma.
- Hiperplasia
suprarrenal congénita.
Las causas neurogénicas incluyen:
- Tumores
cerebrales.
- Poliomielitis
bulbar.
- Hipertensión
intracraneal.
Además existen drogas y toxinas que pueden propiciar la aparición de la
hipertensión:
- Alcohol.
- Cocaína.
- Ciclosporina,
tacrolimus.
- Fármacos
antiinflamatorios no esteroides.
- Eritropoyetina.
- Medicaciones
adrenérgicas.
- Descongestionantes
que contienen efedrina.
- Remedios a base
de hierbas que contienen regaliz
- Nicotina.
Por último, existen algunas enfermedades que se relacionan con la
hipertensión como son el hipertiroidismo e hipotiroidismo, la hipercalcemia, el
hiperparatiroidismo, la acromegalia, la apnea obstructiva del sueño y la hipertensión inducida por el
embarazo.
Síntomas
Según, Julián Segura, el presidente de la Sociedad Española de
Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial
(Seh-Lelha), “la mayor limitación a la hora de detectar la hipertensión es
que la mayoría de los casos de
hipertensión transcurren sin que haya ningún síntoma y, por tanto,
la enfermedad pasa desapercibida, con el riesgo que eso conlleva”.
Segura indica que hay síntomas inespecíficos, como las cefaleas, que ayudan a detectarla porque ponen en alerta al paciente que decide
ir al médico o acudir a la farmacia a que les tomen la tensión. Sin embargo, señala
que esos síntomas no se pueden atribuir a la hipertensión porque coinciden en
el tiempo como respuesta al dolor.
En el caso de los hipertensos que han estado sin diagnóstico durante
mucho tiempo, el presidente señala que estos pueden sufrir en un momento dado
una complicación, como una angina de pecho, que es un síntoma derivado de esa
complicación.
Prevención
Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los principales factores para prevenir la aparición de la
hipertensión.
Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a
que la población general esté exenta de sufrir esta patología.
En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión
y por tanto haya una predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo,
este factor genético supone una llamada de atención adicional a que el paciente
cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras de tensión arterial.
Tipos
La tensión arterial tiene dos componentes:
- Tensión sistólica: Es el número más alto. Representa
la tensión que genera el corazón cuando bombea la sangre al resto del
cuerpo.
- Tensión diastólica: Es el número más bajo. Se refiere
a la presión en los vasos sanguíneos entre los latidos del corazón.
La tensión arterial se mide
en milímetros de mercurio (mmHg). La tensión arterial alta (HTA) se
diagnostica cuando uno de estos números o ambos son altos. Esta enfermedad se
conoce también como hipertensión.
La tensión arterial alta se clasifica como:
- Normal: menos de
120/80 mmHg
- Prehipertensión:
120/80 a 139/89 mmHg
- Estadio 1 de
hipertensión: 140/90 a 159/99 mmHg
- Estadio 2 de
hipertensión: 160/109 a 179/109 mmHg
- Estadio 3 de
hipertensión: mayor de 179/109 mmHg
Diagnóstico
La primera línea de combate de la hipertensión son los equipos de atención primaria,
tanto los médicos, como las enfermeras. En la consulta tienen protocolos de
actuación para que cuando acudan los pacientes, por los motivos que sean, los
sanitarios realicen una medición. Si el paciente no está diagnosticado, a
partir de ese momento puede empezar su tratamiento si le hiciera falta.
Otras áreas que ayudan a que el paciente identifique una hipertensión y
que le advierte de que sería recomendable que acudiera al especialista para
obtener un posible diagnóstico son los chequeos rutinarios que hacen las empresas o cuando los
pacientes se hacen una revisión porque quieren empezar a practicar algún deporte
federado o semi profesional.
“Estos controles son muy importantes porque se realizan normalmente en
personas que nunca han pasado por un médico porque han estado sanos hasta el
momento y puede ayudar a diagnosticar al paciente”, apostilla Julián Segura,
presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha
contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha).
Tratamientos
A la hora de tratar la hipertensión hay dos bloques fundamentales de
acciones a realizar:
- Mejora de los
hábitos de vida
El paciente tiene que llevar una dieta saludable, disminuir el consumo de calorías, de azúcares y
grasas y aumentar la práctica de
ejercicio físico. Estas dos prácticas tienen como resultado un mejor
control del peso y si el peso está bien controlado es una manera sencilla de
controlar la hipertensión.
Julián Segura, presidente de la Sociedad Española de la Hipertensión-
Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), señala
que muchos hipertensos surgen porque las personas llevan tiempo sin cuidarse y
ganan unos kilos. “Cuando el hipertenso ya está identificado, parte de su
tratamiento es controlar bien su peso, evitar ganar kilos, tener una vida
activa y evitar llevar una sedentaria”.
Por último, Segura recomienda que si el paciente es fumador, conviene
que abandone ese hábito y si suele consumir alcohol, es aconsejable que lo
reduzca considerablemente.
- Tratamientos
farmacológicos
En caso de que los cambios de los hábitos de vida no funcionen, hoy en
día existen tratamientos farmacológicos
que son muy útiles para
controlar la presión arterial. Inicialmente estos tratamientos comienzan con un
solo fármaco. No obstante, en algunos casos esta medida no es suficiente y
necesitan combinar con dos o tres medicinas para controlar la presión arterial.
Debido a que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica,
es fundamental que los
pacientes sean constantes con
los tratamientos. Según los datos de la Seh-Lelha, el 90 por ciento de los
pacientes diagnosticados de hipertensión no lleva a cabo las recomendaciones de
los especialistas en materia de higiene o dieta y el 50 por ciento no sigue los
tratamientos que tienen prescritos.
Esto se debe a que como es una patología que se padece durante muchos
años, los pacientes tienden a relajarse con las instrucciones que le da el
médico. Esto puede tener una serie de consecuencias. La principal es que tendrá
la hipertensión mal controlada, lo que a largo plazo puede derivar en complicaciones cardiovasculares mayores como infarto de miocardio, ictus, deterioro de la función renal o de la circulación de las piernas,
entre otros.
Otros datos
Pronóstico
En los últimos años el
grado de control de la hipertensión ha ido aumentando como
consecuencia de la mejora de los tratamientos, mediante la intensificación de
los mismos, y por el aumento de la concienciación de mejorar los estilos de
vida. El refuerzo de los medicamentos (pacientes que antes sólo tomaban un
medicamento y ahora toman dos, por ejemplo) ha sido crucial para mejorar el
control.
Sin embargo, las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la
principal causa de complicaciones y de mortalidad a nivel mundial. Esta
situación se mantendrá en los próximos años debido a la epidemia que hay
de obesidad y que las autoridades sanitarias esperan que aumente. Desde la
Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la
Hipertensión Arterial, indican que la obesidad y la hipertensión son los dos
problemas de salud pública principales a los que los países tendrán que hacer
frente en el futuro próximo.
¿Cuándo debe recomendar el especialista la automedición de la presión
arterial?
En líneas generales, el profesional sanitario puede recomendar la automedición de la presión arterial siempre (salvo
algunas excepciones, principalmente en pacientes obsesivos y con tendencia a la
automedicación). Se trata de un método
eficaz que permite
conocer la tensión del
paciente fuera de la consulta,
en su vida cotidiana, evitando así el conocido como fenómeno de la bata
blanca (la sensación que experimentan los pacientes al llegar al
centro sanitario y ponerse frente al profesional sanitario. Este fenómeno
provoca que la presión arterial de los pacientes se eleve un poco con respecto
a su cifra normal).
La automedición de la presión arterial debe
realizarse por la mañana y por la noche, tras un reposo previo de 3 minutos. La
posición adecuada es la siguiente: sentado, con las piernas sin cruzar, la
espalda apoyada en la silla y el brazo en donde se coloque el manguito apoyado
sobre la mesa. Es recomendable que el manguito se ponga en el brazo (y no en la
muñeca, salvo excepciones -personas obesas-).
Tras la automedición, el paciente debe registrar los resultados obtenidos apuntándolos
en un cuaderno. Deberá llevar este cuaderno al profesional sanitario
correspondiente (médico o enfermero) cuando tenga su cita para revisarlos
juntos. Con estos resultados, el profesional valorará el tratamiento y
seguimiento del paciente.
¿Cómo medir la tensión arterial?
Existen diversas maneras de medir la presión arterial:
- Esfigmomanómetro de mercurio: Es el más exacto y
menos expuesto a errores. Para su uso se requiere un fonendoscopio.
- Esfigmomanómetro de aire: Es el más utilizado y
es también un aparato preciso. Igualmente necesita de un fonendoscopio
para su uso.
CONCLUSIÓN
Epidemiológicamente se ha
demostrado que la hipertensión arterial (HTA) es la enfermedad no transmisible
más prevalente, que compromete entre un 20 a 30% de la población adulta, además
de ser un factor de riesgo relevante para el desarrollo de complicaciones
cardiovasculares. A pesar de la facilidad que se tiene para el diagnóstico de
esta enfermedad, cerca del 60% de los individuos afectados lo ignoran y de los
que reciben tratamiento, sólo un mínimo porcentaje están en control. Además es
un importante factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares y renales.
La mortalidad por estas complicaciones ha mostrado un incremento sostenido
durante las últimas décadas.
Su aparición resulta de un
complejo mecanismo en el que interactúan diversas neurohormonas, el sistema
nervioso, el riñón y el endotelio vascular. Estos mecanismos llevan a
alteraciones en la estructura de la pared vascular y del músculo cardíaco
desencadenando la presencia de factores lipídicos, inflamatorios e
inmunológicos que finalmente desencadenan en esta patología.
BIBLIOGRAFIA
https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/enfermedades-vasculares-y-del-corazon/hipertension-arterial.html
http://www.fundaciondelcorazon.com/prevencion/riesgo-cardiovascular/hipertension-tension-alta.html
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