LA DEMOCRACIA FORMAL
La
democracia es un sistema de principios, pero también de normas, y
procedimientos. Por esto, o es formal o no es, simplememente porque del respeto
a un amplio sistema de formalidades, de convenciones y de acuerdos sobre cómo
hacer las cosas depende la estabilidad de las instituciones. Y sin estas el
ejercicio democrático se vacía de contenido social y político.
Pero esta noción elemental
hoy brilla por su ausencia en Guatemala. Intereses de todo tipo y figura, que
se alían o contraponen según la ocasión, usan a las instituciones como simples
cascarones que sirven mientras los beneficien. Cuando dejan de hacerlo, se
convierten en obstáculos a elimina o violar, aunque con ello corra peligro un
andamiaje democrático débil desde sus propias bases.
DEMOCRACIA
PARTICIPATIVA
La democracia participativa
es una forma de democracia en la que los ciudadanos tienen una mayor
participación en la toma de las decisiones políticas que les otorga
tradicionalmente la democracia representativa. La democracia participativa permite
una participación ciudadana mayor que en democracia representativa pero menor
que en la llamada democracia directa o democracia semidirecta.
Puede definirse con mayor
precisión como un modelo político que facilita a la ciudadanía su capacidad de
asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa
en las decisiones públicas. En la actualidad se manifiesta usualmente por medio
de una diversidad de mecanismos, como presupuestos participativos, consejos
vecinales o comunales o consultas populares. En una etapa más avanzada, el
proyecto fundamental de la democracia participativa es la creación de un
mecanismo de deliberaciones mediante el cual el pueblo, con su propia
participación, esté habilitado para manifestarse por igual con puntos de vista
tanto mayoritarios como minoritario.
COMPONENTES DE LA DEMOCRACIA
PARTICIPATIVA
Repasemos el libro de historia que
repasemos, siempre encontraremos lo mismo, que la democracia es una excepción,
no la norma, en los milenios de vida humana. De entrada, durante siglos y
siglos los humanos han vivido sin formar una sociedad políticamente organizada
y cuando se ha empezado a vivir formando un estado, el kratos, es decir, el
gobierno no lo ha ejercido el demos, es decir, el pueblo, sino unos pocos: una
familia, un líder, un grupo,... pero no el pueblo.
Hoy, sin una organización
política de la sociedad, es decir, sin un estado, seguramente la convivencia
sería insostenible y la violencia dominaría las relaciones humanas.
Precisamente pensadores modernos que sufrieron violencia en sus sociedades son
quienes teorizaron afirmando que el estado es consecuencia de un pacto o
contrato entre los individuos de una sociedad con el objetivo de hacer la vida
más sostenible o mejor, y la forma de estado que sale de este pacto se acerca a
la democracia, sea representativa o sea directa. Tanto en un caso como en el
otro, el voto o sufragio es un elemento clave; en las representativas elegimos
unas personas que nos representan; en las directas, la participación es más
frecuente y más intensa. Las democracias más habituales son las representativas
y, en éstas, los partidos políticos tienen una función destacada.
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